Una nueva adoración… ¿ministros, músicos o artistas? es un conglomerado de preocupaciones genuinas por educar a las iglesias de hoy día a tener mayor cuidado de los equipos de adoración y sus funciones en el cuerpo eclesiástico. Los ministerios o equipos de adoración carecen de identidad, de educación en términos de estas funciones que provocan que Dios se mueva a nuestro favor a través de la adoración en nuestras iglesias. En menester entender que no estamos luchando contra carne ni sangre, sino contra potestades y gobernadores de las regiones celestiales, por lo tanto debemos conocer nuestras herramientas de manera propia y plena para así contraatacar cualquier ataque del enemigo hacia nuestras vidas.
La adoración es una herramienta poderosa en las manos de la iglesia pero no se ha utilizado de manera correcta a lo largo del tiempo desde los primeros patriarcas hasta la iglesia contemporánea. Los músicos siempre han sido devaluados en sus funciones y no se les prepara para que tengan el carácter necesario en Dios y en su adoración. Hemos visto la plaga de cantantes cristianos que en realidad son artistas que cantan canciones lindas con un mensaje positivo, buscando reconocimiento, fama y dinero. Artistas no ministros, músicos no ministros. ¿Buscamos adorar a Dios? O ¿Buscamos agradar al hombre? Qué tal si lo planteamos de la siguiente manera; En las iglesias en donde hay ministerios de adoración carentes de conocimiento en lo que hacen, se escucha bien, pero no se alcanza una adoración extrema, plena, íntima con Dios. No llevan sus cuerpos a las actitudes correctas de adoración. Esa zona de conformidad nos ha llevado a desconocer lo que Dios tiene para ofrecernos si decidimos llegar a su intimidad en adoración y servicio para su Gloria y Honra. No le adoramos por cultura, le adoramos porque Él es Dios. No lo hacemos por reconocimiento, sino por amor y compromiso con Dios.
Leave a Reply