El 30 de octubre de 2012 en un pequeño apartamento de la comunidad de Donna Lynn en Grand Prairie, TX se comenzó una reunión con la visión de lo que es ahora Casa de Dios Cielos Abiertos. Ese apartamento fue el apartamento de Antonio y Mayra Pérez los cuales movidos por Dios abrieron sus puertas para comenzar un estudio bíblico.
Los pastores Juan y Amy Cáceres llevaban tiempo orando para comenzar una iglesia ya que Dios los había llamado. El pastor Juan le había pedido a Dios que el estaba dispuesto a comenzar su encomienda de edificarle iglesia al Señor con una familia solamente. Dios no tardo en contestar y le trajo a la familia Pérez.
Luego en la misma comunidad había una lavandería abandonado y lleno de basura, el cual Dios les abrió las puertas y por fe el pastor Juan junto con Antonio limpiaron, habilitaron y comenzaron los servicios. A estas dos familias más adelante se les añadió de forma milagrosa la familia Castillo (Esteban, Verónica y sus hijos), los cuales creyeron en la visión.
El 7 de abril de 2013 el pastor Elvin Miranda viajó de Puerto Rico y ungió como pastor al pastor Juan Cáceres y oficialmente la iglesia Casa de Dios Cielos Abiertos fue establecida. Luego de un tiempo, por fe Dios movió al pastor Juan a alquilar un local, el Templo Salem. Mensualmente las ofrendas no alcanzaban a la renta estipulada, pero Dios proveyó y comenzó a añadir familias.
Nuevamente en junio del 2014 Dios habló para movernos en fe y abrió la puerta para poder alquilar un local propio con cabida para 150 personas. El reto era grande, pues solo éramos 24 miembros y no teníamos ni para pagar la renta. Pero creímos a Dios, y sin tener recursos nuevamente Dios proveyó todo milagrosamente (finanzas, sillas, muebles y equipo de oficina, equipo de sonido, la edificación del altar, equipos para los salones de clases, etc.). Fue en este lugar donde sentimos que por fin fuimos plantados y donde comenzamos a experimentar un crecimiento exponencial y acelerado.
Debido al continuo crecimiento de la iglesia, el 4 de agosto del 2019 nos mudamos una vez más a nuestro actual templo. Siendo este lugar un almacén que necesitaba grandes mejoras de renovación e inversión, Dios nos habló que caminaremos por fe, y mientras trabajábamos Él iba a proveer todo. Ciertamente así lo hizo y pudimos convertir el lugar en un templo con espacio para más de 400 personas. Actualmente la iglesia experimenta un avivamiento. Por la gracia de Dios hay un crecimiento acelerado, a causa del mismo tuvimos que comenzar un segundo servicio los domingos, y muchos milagros ocurren constantemente. Dios es fiel, la gloria a Él.